No medites, apágate

 En la búsqueda de la salud física y mental, la meditación ha sido considerada como una práctica de referencia. Sin embargo, en lugar de meditar, considere apagar su mente.

En la meditación, antes de comenzar, se reconoce que la mente tiene tantos pensamientos como quiere, sin que el pensador pueda controlarlos. La meditación es el esfuerzo de dejar de pensar en demasiados pensamientos, concentrándose en unos pocos de ellos, reduciendo la cantidad de pensamientos aleatorios.

Con el tiempo, uno desarrolla la habilidad de concentrarse en un solo pensamiento durante el tiempo que desee.

La meditación llega una vez que la persona elige un pensamiento (probablemente sobre Dios) y enfoca el pensamiento en ese único pensamiento sagrado y de esa manera uno obtiene una verdadera comprensión del universo, una unión, un yoga entre el yo y el universo a través de la mente. Todo lo que esto hace es traer paz al poseedor de una comprensión tan profunda. El Papa es un ejemplo. La oración hace esa concentración, al igual que los mantras.

El problema es que una persona que quiere silenciar la mente no quiere ir a buscar a Dios cada vez que quiere descansar. Demasiado profundo.

Nuestro enfoque se basa en los principios de un cierre mental. Defendemos que una mente tranquila no proviene de una atención plena concentrada, sino de darle al cuerpo y a la mente un descanso completo de todos los procesos activos.

Exploramos el concepto de cierre sistémico, examinando sus posibles beneficios, los mecanismos fisiológicos que lo sustentan y sus implicaciones para la salud y el bienestar holísticos.

Al cambiar el enfoque de la meditación tradicional a un estado de descanso total, abrimos la puerta a nuevas posibilidades para apoyar la salud y la longevidad.